En los últimos meses Cohesion Group ha tenido una reestructuración; cambiando sus espacios a un lugar más moderno, cómodo y sobre todo más ejecutivo, que permite a los coworkers que forman parte del grupo sentirse más seguros, estables y corporativos.
Así mismo, nos alimenta mucho saber que a pesar de estar lejos del blog por algún tiempo hay muchas visitas y comentarios sobre los temas que se trataron al inicio. Y nos complace ver que no solo compartimos nuestras vivencias sino que han llegado a personas que las consideran un ejemplo de camino a seguir.
Ahora y mirando en retrospectiva siento que luego de pasar por tiempos turbulentos y llenos de nuevos retos, las decisiones que se han tomado y las acciones que supimos emprender han sido fructuosas, Cuando uno se encuentra en medio de una encrucijada que cambiará la forma en la que ha venido haciendo las cosas durante años, es impactante darse cuenta que cualquier decisión que se tome será de gran importancia para el futuro y decidirá mucho acerca del nuevo entorno; en esos momentos tan solo tienes incertidumbre y empiezas a buscar en tu interior el valor que te empuja hacia arriesgar lo que cada uno tiene y lo que es para que un proyecto funcione y permita volver a sentir seguridad, en control de su entorno. Pero, ¿qué pasa cuando nuevamente te sientes cómodo?
Muchas decisiones y acciones vividas han provocado un crecimiento personal, momentos y enseñanzas que permiten sentirse más seguro, más afianzado y listo para el siguiente reto. Hay algo que cambio en su interior, hay algo nuevo que crece y le fortalece; hace más de cinco años no lo hubiéramos podido hacer, pero volvemos hacia el momento que decidimos empezar con este reto, nos invadía el miedo a lo desconocido, la duda y el temor al fracaso; hoy vemos que las decisiones fueron duras y el camino fue empedrado pero encontramos la estrategia para cruzarlo, encontramos la ruta adecuada para llegar al objetivo y llegamos a salvo. Nos hemos instalado en este nuevo proyecto con mucho agrado y felicidad, tal vez hemos llegado a nuestra zona de confort nuevamente. ¿Acaso debemos temer cuando nos sentimos a gusto dónde estamos?
Muchos artículos y autores le invitarán a “salir de su zona de confort” cuanto antes porque puede acostumbrarse y limitar sus expectativas; pues tienen razón, es perjudicial permanecer en el mismo sitio sin aprender nada nuevo, es toxico acostúmbrarse a lo mismo sin sentir que se mejora; pero existen lugares, momentos, proyectos que cuando se los ve funcionando sin problemas y creciendo, satisface verlos y ofrecen un gran sentimiento de orgullo del trabajo cumplido.
Esto no quiere decir que uno debe correr para cambiar de proyecto en cuanto se sienta estable sino quiere decir que ya se encuentra listo para continuar creciendo, con menos presión y la alegría y tranquilidad de haber logrado lo que se propuso con anterioridad.
Es momento de emplear esa fuerza interna y esa satisfacción alcanzada para empujarse a crecer en otro ámbito de la vida, analizar profundamente y buscar opciones, caminos no explorados; tal vez prestar más atención al entorno familiar, al crecimiento espiritual, a la realización personal, mirar el entorno social, etc.
El equilibrio en nuestra vida incluye todos los ámbitos de la misma; hay ocasiones en las que ésta nos obliga a dedicarnos más a nuestra profesión o a buscar un ingreso económico cómodo y abundante. Cuando se ha encaminado y está donde quería llegar no puede quedarse tranquilo, hay que analizar el resto de aspectos que ofrece la vida, tal vez hay algo que quedo descuidado y es momento de atenderlo.
El ciclo de la vida es continuo, tiene movimiento y cambia constantemente, esto quiere decir que cada día es un conjunto de actividades y decisiones que se mueven y cambian la realidad de cada uno, año a año se puede mirar hacia atrás y descubrir cuanto ha crecido, que nuevos sueños y proyectos se han logrado y cuáles no. Cada mañana tenemos la oportunidad de decidir que queremos cambiar, si queremos vivir quietos por varios años o evolucionar, no solo de lugar de trabajo, sino de forma de pensar, de actividades, de conocimientos, de habilidades, de expectativas, de vivencias.
La tranquilidad de estar en la zona de confort puede invadirnos y el miedo a seguir moviéndose provoque costumbre, perdiendo la oportunidad de vivir nuevas aventuras, conocer nuevas personas, completar sueños del pasado, de intentar cumplir metas no alcanzadas o visitar lugares no conocidos.
Vivir es una experiencia nueva cada día y para hacerlo plenamente hay que cambiar pues aquella rutina puede matar de aburrimiento a cualquier persona en poco tiempo, así que invitamos a nuestros seguidores a analizar su situación actual y hacer un plan de vida a corto plazo que incluya los sueños pendientes y las metas por alcanzar, incluya todo lo necesario para su crecimiento personal, luego cumpla cada meta y encuentre la satisfacción en el lugar donde está ahora pero planificar donde estará de salir de la zona de confort es mas prometedor,
Déjanos saber que opina al respecto y si en algún momento de su vida se ha encontrado en esta situación, ¿Qué hizo? o tal vez ahora se siente así ¿Qué le falta para decidirse y luchar por cumplir sus sueños?