En el camino de un emprendedor es común que se presenten obstáculos e inconvenientes que aparentemente impiden continuar con las actividades de manera normal, que provocan que las cosas no fluyan como se espera, hay épocas en las que no todo es color de rosa.

En ocasiones estas nubes negras son provocadas por agentes externos como la economía, la política, el invierno, una huelga, un desastre natural, una calamidad doméstica; o provocados por agentes internos, como un cliente que se va, un proveedor que falló en su entrega, un error de cálculo cometido por falta de experiencia, en fin existen muchos motivos que provocan no hacer las cosas como estaba planeado, entorpeciendo el resultado.

Generalmente en estos casos lo primero que hacemos es preocuparnos, angustiarnos pues no podemos llegar a las metas y para los emprendedores ¡Eso es gravísimo!

Cuando el motivo ha sido provocado internamente con un socio, un colaborador cercano o por nosotros mismos, por una falta cometida o una reunión que no supimos manejar, la situación es manejable; debemos analizar los pasos realizados para encontrar la raíz de la equivocación y se planea una estrategia que permita solucionar la situación, en muchos casos replantear el problema es una forma de encontrar la respuesta y con mucha astucia y habilidad se puede inclusive recuperar el cliente y salvar el día de manera exitosa.

Sin embargo cuando los motivos son externos y salen de nuestro control es cuando el panorama se torna oscuro, ¿Cómo solucionar la economía mundial, o un desastre natural? Esto es simplemente inmanejable, en estas circunstancias generalmente tendemos a descontrolarnos, estresarnos e incluso llegar a desesperarnos, de tal manera que podemos llegar a afectar nuestra salud y la de nuestros seres queridos.

Ante cualquier circunstancia que se presente en el camino de un emprendedor lo más aconsejable es continuar, seguir trabajando, si son obstáculos pues se los debe superar, encontrar la manera de eliminarlos o en su defecto rodearlos y encontrar otro camino, pero eso sí, no se puede quedar inmóvil ante ellos.

En el caso de circunstancias positivas también se debe continuar, el éxito nos permite concluir que se está haciendo bien las cosas para seguir adelante, no quedarse embriagados del éxito en el festejo y la algarabía por mucho tiempo, más bien continuar con el siguiente reto y seguir buscando más objetivos, tal vez nuevos horizontes o cosas nuevas por descubrir.

En conclusión nuestra pequeña empresa o nuestro emprendimiento se merece todas las energías para que crezca, ante cualquier barrera u obstáculo que se encuentre se debe persistir, seguir adelante, planificar, cambiar estrategias si es el caso pero seguir adelante, seguir luchando, es el único camino para llegar a donde queremos estar, si una gota de agua puede romper una piedra no es por la fuerza sino por la constancia que lo hace.